dimecres, 9 de maig del 2012

DOLOR.

Buenos chicos, un poco tarde pero mejor que nunca, aquí tenéis nuestra fotito de aquel maravilloso día en el que entramos en contacto con la dramatización. A nosotras nos tocó expresar el dolor. Al principio nos costó un poco, ¿Cómo lo hacemos? Va, concentrémonos, a ver... así parezco que esté dolorida? Si bueno, parece que estas como... estreñida. Pero, compis, todos sabemos aquí que el estreñimiento causa dolor.

Decidimos expresar el dolor físico, así como el que tienen las mujeres con la regla, cuando te depilan, cuando caminas descalzo por tu habitación y justo le pegas una patada a la pata de la cama con el dedo meñique, o aquel maravilloso dolor que te llega al golpearte el codo con la puerta... Más o menos, ese es.

Y por otra parte queda el dolor interior, aquel que sólo la persona que vive en ese cuerpo lo nota. Ese dolor que puede que escondas detrás de una falsa apariencia, o detrás de una palestina. Un dolor que puede salir a flote con una simple mirada, inexpresiva. Un dolor tan profundo que incluso puede que te lleves a la tumba.




Espero que lo sintáis pocas veces. 
Marta Fornes.

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