Antes de entrar al gimnasio nos picaba la
curiosidad sobre el qué pasaría en la clase de expresivas. Una vez llegamos,
nos pusimos la ropa adecuada y bajamos a la pista del gimnasio a ver que nos
deparaba la clase. Nos pusimos en círculo y comenzamos a jugar al “tú la
llevas”. Al principio estábamos todos muy activos y con ganas de correr pero al
final del juego, cuando iban cambiando algunas variantes, el cansancio y las
respiraciones profundas y aceleradas se apoderaban de nosotros.
La siguiente actividad nos gustó mucho, se
realizaba por parejas, un componente se situaba en posición prono y el otro
intentaba colocarlo en posición supino, y a la inversa. Al principio la hicimos
con nuestra media naranja, y una vez habíamos dominado la situación, pudimos
experimentar con el resto de compañeros. De esta forma pudimos tomar contacto
con gente de clase que aún no conocíamos o no habíamos intercambiado palabra
alguna, y ello nos hizo sentir más integrados en el grupo. Cosa que creemos que
es uno de los objetivos de estas sesiones.
A continuación proseguimos la sesión con un
ejercicio en el que nos teníamos que poner en posición “banco” y nuestro
compañero tenía que ser capaz de dar una voltereta alrededor del torso sin
tocar el suelo. En nuestro caso nos costó bastante por ser de un tamaño
similar. A pesar de ello, no cesamos en intentarlo y fuimos en busca de una
espalda mayor. Esta sensación fue muy grata para nosotras, nos reímos muchísimo
e hicimos migas con bastante gente del grupo.
Por último, el profesor nos presentó la
actividad que culminaba la sesión. Esta consistía en realizar un pretexto con
tu media naranja, siguiendo unas pautas (empezar de pie y terminar el ejercicio
en el suelo). Al ser la primera sesión de creatividad nos encontramos un tanto
desubicadas, por lo que nos costó bastante inventar una situación que cumpliera
dichos requisitos. No obstante, cuando nuestros compañeros mostraron su
trabajo, nos dimos cuenta que para expresarse y crear no hace falta complicarse
demasiado, sino ser uno mismo y dejarse llevar.
Para finalizar, queremos hacer hincapié en
que nos encantó la dinámica en la que se llevó a cabo la clase, nos sorprendió
la participación de nuestros compañeros y pasamos dos horas que para nosotras
fueron como treinta minutos.
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